juicio y madurez.

asi de sobrio y cierto el titulo, asi el texto. es como una cuestion tan segura ahora, pensar en que hay que ser maduro. me cuesta, pensé que iba a ser fácil? sufro, pensé que no iba a echar de menos? que no iba a querer volver? que no iba a tener ramos que me cargan? la vida se vuelve ahora ya inevitablemente adulta: hay que hacerse responsable de las decisiones que se toman, y no ya porque a alguien puede molestarle, no ya porque me vayan a retar, ahora porque de eso depende mi vida, de eso depende mi propio bienestar. qué ganas de que llegara mi mamá y me dijera ya mi amor no tienes que ir más vuelve a temuco duerme escucha la lluvia en la ventana llora y duerme toda la mañana y preparemos almuerzo y nunca mas salgas de la casa y lee y llora y acurrucate mi amor y mira por la ventana qué rapido que anda la gente mi amor lejos de las alarmas en la mañana y del metro y las frustraciones. qué ganas. pero el mundo ya no es así, el mundo es el de un hombre de 18 años. he crecido, puta que he crecido. no como yo pensaba que era crecer, yo pensaba que crecer era florecer, era hacerse mas hermoso y mas chispeante y disfrutar y olvidarse de lo malo. crecer es hacerse responsable de la propia vida. es aprender a volar en la metafora tan tipica, no a aletear en el propio nido. y de eso se trata, de llorar y sobreponerse. de hacerse duro. qué duro uqe hay que hacerse. qué ganas de hacer teatro, de llorar sin descanso, de quedarse acostado, de abrazar y ser abrazado. de tener permiso para todo y cagarlas y que te castiguen y se acabó. qué ganas. pero es otro tiempo, corren otros vientos. hay que ser fuerte nachito, aunque cueste, aunque duela, este es el tiempo de ser fuerte.
vendrán tiempos mejores.