sábado, julio 14, 2007

mi nueva filosofía de vida.

una vez mi papá me dijo "cuando mirís a un hueon, y lo encontrís admirable, invencible o mejor que tú, piensa que ese hueón igual caga".

los modelos de las revistan cagan, la gente de la tele caga en los comerciales, cervantes dejaba de escribir el quijote porque le daban ganas de cagar, el césar cagaba y ni siquiera existía el papel confort, cagaba adán, cagaba eva, cagaba napoleón, cagaba el che.
todos cagamos, yo cago, tú cagai, tus profesores, tu jefe, las minas ricas, los musculosos del gimnasio, tu suegra, todos cagan.
el papa se levanta la sotana y se sienta en el water.

nadie. nadie es tan bacán que no cague.
y todas las cacas son igual de cochinas y hediondas, ni la caca de jesús huele mejor que la tuya.

de cuando comprar se convirtió en un pasatiempos.

mi mamá me miró y decidió que me hacían falta unas zapatillas.
me dijo que fuéramos a comprar al mall. cuando llegamos yo sabía perfectame por qué estaba en ese lugar de mierda con el aire acondicionado asfixiante. iba con un objetivo, iba a comprar zapatillas.
la demás gente paseaba. paseaba, sí, pasaba el tiempo; pero en vez de árboles y pajaritos habían carteles, maniquíes, marcas, enormes gigantografías de mujeres con labios rojos y tremendas tetas. y al lado caminaba una niña que usaba la misma ropa que la mujer gigante de la foto, que se tiñó el pelo rubio igual que la mina gigante de la foto y que sigue siendo igual de fea, igual de gorda.

y yo ahí, con mis zapatillas nuevas. paseando.