miércoles, marzo 26, 2008

sinalefas sórdidas (y otras palabras cuyos significados no conozco)

como estas, por ejemplo.

altitudes y latitudes.

sin quererlo vuelvo a ti, iba a escribir
la frase que empieza cada texto
la frase qeu inventé para complacerme quizás
la frase que insiste en ser y querer ser verdad
quizas ni siquiera pienso tanto en ella
quizás ni de menos la echo cuando no quiero.
pero me siento distante del mundo, del amor, como si ella fuera el amor
y no haya amor más allá de sus paredes de sus risas

quizás ni siquiera quiera escribir un poema con estas palabras manoseadas parloteadas
con las mismas penas de siempre el mismo discurso que se repite al infinito
quizás ya me cansé
de la panchi
de la poesía

domingo, marzo 23, 2008

tibio olor a sudor y a miel

olor a semen, sensación de vacío.
y después de todo igual te echo de menos. a pesar de la quietud, a pesar de la sensación de vacío, de la masturbación, te echo de menos.
traicionóme el entendimiento, díjome tantas mentiras, palabras.
como si tu ventana no emanara olores distintos, otros sabores, como si tu cadera no fuera la cadera de la actriz porno como si tu pelo no tuviera olor a miel como si tu sudor no fuera cálido y triste.
sin detenerme caigo en ti. en tu engaño, en tu rabiosa permanencia.
sigo siendo un adolescente, un pendejo de mierda, una mentira con dos pies y un par de sueños, que no puede evitar confundir las cosas. y las cosas se le revuelven, se le esparcen por las manos, se le esconden tras los dedos. y él con su mirada turbia, con su olor a masturbación, a pubertad tardía.

lo que hace poco tiempo significó una liberación, es hoy promesa, es hoy una ansiedad constante, casi esclavitud, pero de todos modos. y se mezcló, confluyó con tu presencia, con tu inevitabilidad, como las palabras en los dedos se mezclaron, y salió un olor tibio, un olor a sudor y a miel.