viernes, enero 30, 2009

vivo la vorágine. sentimientos (últimamente un poquito más a tono con ellos, antes, eran las razones subterráneas e invisibles de todos mis actos, obviadas, sigilosas, casi imperceptibles), persones (volvieron las personas, tan olvidadas en la lavia de las filosofías egocéntricas), recuerdos, ganas, miedos (terribles algunos), duda (angustiante, carmoderoda de costillas, desveladora y despertadora con sobresalto incluido), el miedo de ir a la universidad, el miedo de sentirme insensible y poco sensato, el miedo a no hacer lo que quiero hacer (incluyo varias cosas), la vorágine de sensaciones extrañas, desconocidas, de odios secretos, de rencores por resolver, nudos por desatar. la vorágine de los malos ratos, del guardarse ciertas cosas, la vorágine del éxito, del mostrarse hermoso y chispeante y embelesarse de la gente y las miradas y vivir arriiiba en la telaraña de las relaciones superficiales. la vorágine de querer viajar, de querer estar en la carretera, ojalá solo. y de a la vez querer estar en villarrica descansando en familia, o en temuco, saliendo con amigos, de querer hacerlo todo todo todo a la vez. la vorágine del dolor de guata, del hambre y la lata de comer, de tener mucha plata y no saber que hacer con ella, de poder hacerlo todo, de sentirse capaz de todo y incapaz de disfrutarlo. la vorágine de ser un monstruo comegalletas jajajj de ser un sucucho de helados de reptar en la superficie de un balancín de comer sucuruchos de vianesas aplastadas en un moldeador para examenes de cancer mamario o bien de un dinosaurio pequeñito con complejo de sirena subliminalmente erotica o bien de un armadillo con seis patas una por oreja y señor y señores caramelo cuaternario filibustero tutututrutrito cachibache solotlosotrfkaklsalkflslasdvsadvmsadvlasdvñasd´`vsadv