ignacio se mira la panza, pero sobre todo el pequeño agujero en el centro.
lo inspecciona y se da cuenta de que el ombligo sigue eternamente hacia adentro, cada vez más lleno de pelusas. se saca una, la mira un rato, la estudia. he aquí los apuntes de aquel ferviente estudioso de las pelusas umbilicales.
sábado, marzo 21, 2009
qué silencio más triste, más lapidario. qué manera de hablar el silencio.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
que manera de hablar el silencio y que manera de hablar del silencio.
1 comentario:
que manera de hablar el silencio y que manera de hablar del silencio.
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